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Crónicas Misioneras

Madagascar -Palabra Conclusiva. (8ª Parte)

Recapitulemos, primero, la historia de las Carmelitas Descalzas en Madagascar. Recordamos que su presencia comenzó en 1921 con Monjas provenientes de Bélgica. Dentro de cinco años se celebrará el primer centenario de su llegada. Se adelantaron a la encíclica Rerum Ecclesiae (1926) del Papa Pío XI, que recomendaba la implantación de monasterios contemplativos en territorios de Misión.

Partiendo de aquella fundación pionera de Betafo-Antananarivo, tenemos ahora una expansión de seis Carmelos en la isla-continente. Complemento obligado son otras dos fundaciones más en las vecinas islas de La Reunión y de Mauricio.

Todas ellas configuran la Asociación de los Carmelos OCD del Océano Índico. Carmelo femenino sólidamente establecido, Carmelo en constante crecimiento, ofrece sus servicios con prestaciones de Hermanas en Francia, Bélgica, España, Israel y Egipto.

Los seis monasterios, más los dos de otras islas, ofrecen un brío por el número comunitario, por su juventud, por su múltiple laboriosidad. Son el reflejo de una realidad muy viva. Son ocho Carmelos diversos en la geografía, diversos en la construcción de edificios, diversos en el contexto eclesial, en el ambiente comunitario. Pero tienen en común la alta escuela teresiana: la delicadeza, la llama teresiana, la apertura eclesial, el resplandor de la limpieza, una liturgia inculturada,... Común es también la devoción a San José y a Santa Teresita. Son valores que se cotizan como un precio y aprecia el visitante.

La trayectoria de sus hermanos los Carmelitas Descalzos es más reciente. Como proemio, conviene recordar para la historia que el primer Carmelita malgache fue el sacerdote diocesano Georges Dijoux, ordenado en 1945. Había nacido el 24 de mayo de 1920 en Diego Suárez, provincia de Antsirana. Hizo su profesión religiosa de Carmelita Descalzo el 15 de octubre de 1953 en la Provincia de Aviñón-Aquitania con el nombre de Ange-Marie de la Croix. En el curso 1960-1961 fue incluso profesor en el Teresianum de Roma. En 1965 obtuvo la secularización. Otros tres jóvenes malgaches ingresaron también por ese tiempo en la Orden, sin que ninguno de ellos llegara a perseverar.

Los misioneros Carmelitas Descalzos con ánimo de fundar en el país llegaron en 1969 y asentaron la primera fundación en 1970. Fueron tres pioneros de la Provincia de Venecia. Aquel comienzo se multiplica hoy en siete presencias en la Isla Grande. Se les añaden las fundaciones en las islas de La Reunión, Mauricio (2) y Seychelles. Son, pues, una suma de once presencias en las islas mayores del Océano Índico. Recientemente se ha añadido una fundación misional en el lejano Canadá. Todas estas casas, doce en total, están reagrupadas en el Comisariato General de la Orden, que se creó en 1999.

El primer novicio carmelita de los nuevos tiempos, Nicolás Bazafisou, emitió la profesión en 1985, recibiendo la ordenación sacerdotal en 1991. Entre los misioneros italianos que perviven y los Carmelitas nativos suman hoy más 60 profesos solemnes y sacerdotes. Se les junta la florida juventud de casi 50 escolásticos en formación. Cinco de sus formadores son profesores de universidad, de los que uno es el secretario académico y otro director del departamento de Filosofía. No olvidemos que el noviciado de Itaosy cuenta este año con nueve novicios

Primero, por el crecimiento sostenido de sus miembros. Pero el Comisariato de los frailes es igualmente prometedor por su implicación en proyectos misionales y en oferta espiritual, por sus nuevas implantaciones en el exterior, incluso en Canadá, más allá del Océano Índico y muy lejos de su cultura y de su geografía. Es también prometedor por su disposición al servicio de los proyectos generales de la Orden. Individualmente o en grupo, Carmelitas Descalzos malgaches prestan sus servicios en el Comisariato de Sicilia y en la Delegación General de Israel.

Por un esfuerzo admirable de inculturación los frailes vénetos han logrado una ejemplar consolidación. Vivos o difuntos en la actualidad, dejaron Italia, besaron la tierra bendita del Madagascar, involucrándose con la suerte del país. Se integraron al servicio de la Iglesia y del pueblo. Han trabajado, han sufrido, han organizado, han creado, sudado, han testimoniado. A eso vinieron.

Por esa expansión en su doble vertiente de monjas y frailes el Carmelo de Madagascar está llamado a circular más en el circuito general de la Orden del Carmen. Es mi impresión entusiasmada, tras un mes de permanencia, con tareas de animación carmelitana en las comunidades. Trabajo gratificante, porque es más lo que se recibe de lo que se comunica. Constatar la vitalidad de un Carmelo que ha nacido de la Misión es reconfortante

Por eso se asumen con normalidad estos desplazamientos abruptos de viajes con tanto trajín, con cambios bruscos de temperatura, sin un día de descanso o de pausa durante un mes, con ocupación casi continuada desde la primera mañana hasta entrada la noche, en el locutorio de las monjas respondiendo también a tantas preguntas y consultas, en el confesonario.

El florón del buque insignia del Carmelo en Madagascar es doble. Primero está el P. Sergio Sorgon, Carmelita Descalzo italiano del grupo de los tres pioneros. Fue asesinado el 7 de enero de 1985, siguiendo un ritual secreto o ancestral. El crimen permanece sin esclarecer y siempre impune. Pero representa el recordatorio elocuente de la entrega misionera de los hijos de Santa Teresa al país. El mismo Papa san Juan Pablo II levantó la voz en una alocución pública en el Vaticano para protestar contra el homicidio.

Mons. Fabien Raharilamboniaina, joven obispo Carmelita de la diócesis de Morondava y vicepresidente de la Conferencia Episcopal del país, es el despunte de la consolidación eclesial y cualificada del Carmelo Descalzo en Madagascar. Destaca por tantas iniciativas p El afianzamiento carmelitano se completa en el país con la presencia de varios institutos religiosos de filiación carmelitana: Las Carmelitas de Santa Teresa (Turín, Italia), las Carmelitas Mínimas de la Caridad (Fontanalucia, Italia), las Carmelitas de la Providencia (La Pommeraye, Francia), el Carmelo Apostólico San José (St Martin de Belle Roche, Francia), las Carmelitas de Santa Teresa (Avesnes sur Helpe, Francia), las Siervas de Santa Teresita (Vallo della Lucania, Italia), las Carmelitas Misioneras Teresianas del B. Francisco Palau, los Carmelitas de María Inmaculada (India)… Todas tienen su autonomía vocacional. En el mapa carmelitano de Madagascar la Orden Seglar también crece juvenil He escuchado alguna información sobre el crecimiento táctico y programático del Islam en consonancia yihadista y alqaidista, favorecido por países árabes. De hecho, sobre todo en las zonas costeras, en ciudades como Morondava, Tulear o Mahajanga, se asiste a un aumento visual de mezquitas para los nativos, no sólo para los extranjeros musulmanes. Pero todavía no se han manifestado signos de un peligro real. Tampoco es infrecuente el comentario sobre el retroceso del país, que puede engendrar algún  malcontento destabilizador.

Confío más en la bonhomía y en la felicidad del tipo habitual malgache, muy adherido a su tierra y a su tradición. Me inspira mucha confianza la participación  regenerativa de sus celebraciones religiosas. La Iglesia permanece un referente muy positivo y muy valorado por su inserción efectiva en el progreso de la sociedad de la isla. Con esta impresión me despido. Repito con profunda convicción: Misaotra

(Gracias) y Veloma (Adiós). 

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