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Crónicas Misioneras

Crónica 5. La república centroafricana

La posición geográfica del país determina el acierto del nombre: República Centroafricana (= RCA). Se sitúa ligeramente sobre la línea del ecuador. Es la nación más continental de África, completamente enclavado, sin respiración posible sobre el océano, porque la encuadran los dos Congos, el Camerún, el Tchad y el Sudán. Saltó a las páginas de la actualidad en los tiempos del iluminado o listillo “emperador” Bokassa (1966-1979). La super

ficie es de 623.000 km. cuadrados, ligeramente superior al hexágono francés (551. 000 km). Tiene la forma aproximativa de un trapecio, con 1.350 km. de longitud y 600 de extensión. Hace todavía un siglo la RCA era un territorio desconocido, la “terra incógnita” deficientemente identificada con una mancha blanca en un mapa de 1885. Aquí se desenvuelve la vida de 3 millones de ciudadanos. La densidad de población es de 5 habitantes por km. cuadrado, con zonas extensas completamente despobladas. El 45% dela población no llega a los 15 años. No son escasos los pigmeos y los peules o transhumantes.

La invasión colonial sirvió, por lo menos, para terminar con los esclavistas sudaneses. Frente a otros muchos idiomas locales, el sango es la lengua común. No vamos a entrar en la historia profunda de mitos y tradiciones. Teniendo en cuenta su situación geográfica, a principios del s. XX se quiso crear aquí el cruce de los cuatro puntos cardinales de África. La administración colonial pensó también en organizar aquí la plataforma rodante del tráfico aéreo. ¿Resultado de tales proyectos? El abandono de Centro-África para crear urbes en áreas portuarias o fluviales. En la RCA tenemos un médico por 17. 000 habitantes. Pero no está  asegurado que el galeno cuente con los instrumentos indispensables y medios curativos necesarios.

En una tierra de contrastes no faltan algunas bellas inutilidades. Divisamos altísima antenas de telefonía móvil. Pero, ¿quién las alimenta? ¿Dónde están los técnicos? A pesar de las grandes  antenas nuestros teléfonos portátiles permanecen mudos por falta de cobertura. En período de lluvias el paisaje en la sabana ondulante es un verde de matices variados, hasta el verde-aceituna, como en los cuadros de Velázquez. André Gide en su Voyage au Congo recuerda maravillado la visita a las cataratas de Boali, con 50 m. de caída del agua, que dora el rayo oblicuo, describiéndolo como “de la plus grande beauté”.

El Cristianismo comenzó en la actual capital Bangui, junto al río Oubangui. En 1894, procedentes de Brazzaville, llegaron los primeros misioneros con Mons. Augouard. Una segunda Misión se fundó el 8 de enero de 1895 en Djoukou. Hoy los católicos sobrepasan los 500. 000; repartidos en ocho diócesis son una quinta parte de la población. La primera religiosa centroafricana fue la Hª Claver Zougoula, rescatada como esclava en 1894 y enviada para su formación a Brazzaville, donde emitió la profesión religiosa en 1902. Los primeros sacerdotes fueron ordenados en 1920. Como primera iniciativa la Misión se ocupó de la liberación de los esclavos y de la construcción de escuelas.

Exordios  del  viaje

Se presentaban prometedores. La travesía aérea iba ser sin turbulencias. El velívolo comenzó a rodar hacia la pista. Pero enseguida regresó al parking debido a una válvula defectuosa. Ligera avería, que fue reparada en tres minutos. Pero entonces se nos comunicó otro defecto, cuyo arreglo no se sabía cuánto iba a durar. Aguardamos pacientemente hora y media. Y pudimos alzarnos sobre los cielos de Paris hacia el sur, en ruta para África.

¿El sobresalto sobre el Mediterráneo? A la altura del sur de Cerdeña y de Menorca  el avión giró hacia atrás. Lo vi en la pantalla. En la misma pantalla constaté que perdía velocidad y altura. Nuestro gran pájaro volador, cesando la continuación de la ruta, enfiló hacia Marsella. La tripulación no daba explicaciones, respondía con evasivas. Al sobrevolar Marsella el comandante dio las informaciones pertinentes:  Debido a un fallo técnico no identificado regresaríamos a Paris para la reparación. “El vuelo y la seguridad de los pasajeros no están en peligro...”  A las horas mañaneras de aterrizar en África descendíamos en la capital francesa. Nos alojaron en el hotel y se anunció el vuelo para el día siguiente a la misma hora: con 24 horas de retraso. Al fin, lo que interesa es llegar sanos y salvos al destino.

La escala imprevistamente prolongada de Paris tuvo su contrapartida agradable. En el inmenso mundo del aeropuerto de Roissy me encontré con el P. Carlo Cencio  y con el P. Lionello Giraudo. Tras las vacaciones en su patria italiana, los dos regresan a la Misión centroafricana. Viajamos al mismo destino en el mismo vuelo. El P. Cencio es uno de los cuatro fundadores de la Misión. Sacándolo de la bolsa me dedica su recentísimo libro  “Mi Misión? Bella ‘economía del desperdicio” (La mia missione? Bella ‘economia dello spreco”). El autor se había estrenado brillantemente con otra obra anterior, “Fragmentos de África” (2002). Nunca faltan humor e inventiva en la pluma de este carmelita piamontés. En fluido estilo reporteril el libro ofrece una atenta introducción a la historia de la Misión que voy a visitar, a los móviles que la crearon, a las expectativas, a los objetivos prefijados. Habla del pasado, pero se detiene en el presente con tantísimos particulares. Con observaciones bien retenidas presenta retazos, toques de relieve de la vida, de las actividades, de las iniciativas e innovaciones progresivas. Interesantes y bien centrados son los fotogramas descriptivos de cada misionero. Todos quedan admirablemente bien peinados, con rasgos esenciales al descubierto. La obra es toda una “memoria rerum” con juicios de valor. Ya tengo mi libro de lectura para las largas horas del vuelo. La amenidad está asegurada, puesto que el libro lleva como subtítulo “Dejo hablar a los hechos”.

Quiero añadir todavía una media palabra sobre el título. La bella “economía del desperdicio” tiene su solera. Bulgakov y, sobre todo, a Hans Urs von Baltasar utilizaron este término en clave teológica.. Es una expresión bien acuñada que puede ayudar para entender la vida misionera. La siembra, con sus misterios, incertidumbres, dificultades y sorpresas, es una economía del desperdicio. El misionero, en su entrega y en su cansancio, se encuentra confrontado con la  bella economía del desperdicio. Considero útil hacernos a esta filosofía. Es una inculturación misional. Nos toca “desperdiciar” con generosidad, convencidos de que otros podrán recoger alguna cosecha. En África hay que sembrar con esperanza abrahámica. En el mismo avión tres voluntarios italianos Débora, Jasmine y Emanuele  se dirigen también  por un período a la Misión Carmelitana del Centro-África. Los tres frailes y los tres jóvenes formamos ya una comunidad volante.

En tierra carmelitana

Tras la escala en N’Djamena, capital del Tchad, aterrizamos en Bangui, capital de la RCA. En los ambientes carmelitanos, ¿quién no ha oído hablar de la Misión de Bouar? Con acentuada asiduidad revistas, como “Il Messaggero” (Arenzano), “Ite ad Ioseph” (Varazze), “Il Carmelo e le sue Missioni” (Morena), “Amicizia missionaria” (Praga) han ilustrado –luminosas fotos al apoyo- el nombre y renombre de esta Misión. Además, el P. Anastasio Roggero –presencia internacional- ha sido el volcánico propagador –lava abarcadora-  de las grandezas de esta Misión.

Bouar es la capital de la región Nana-Mambere, al NO del país, en frontera con el Camerún. La Misión de los Carmelitas de Liguria surgió en 1971, como cuarta implantación  carmelitana en Africa, tras el Congo (1958), Malawi (1963), Goma-Congo (1966). Bouar se encuentra a casi 500 km. de la capital por carretera asfaltada, medio-asfaltada y de barro batido que se cierra al tráfico cuando llueve. Cuando el trayecto es largo se acaba por sentirse descoyuntado de tanto vaivén, de tanto salto y sobresalto. No se recomiendan estos viajes con fiebre, con malaria, ... porque se antojan eternos. El cansancio merma la alegría de atravesar puentes pintorescos, vados de ríos cuando la altura del agua es baja. Es llamativa la presencia de tantos menhires graníticos en un paisaje que no parece rocoso.

Bouar es también nuestra diócesis, desmembrada  de Berberati en 1978.  La Misión Carmelitana se asienta en esta iglesia. Procedamos geográficamente.

Bouar – Saint Elie   (1994)

El aireado convento se encuentra encumbrada en un altozano, aislado a las afueras de la ciudad. Arquitectura conventual en toda regla, toda una rareza en África: claustro interior con arcadas, veranda contemplativa sobre la sabana verde. Es el lugar de la consolidación de la formación carmelitana. Casa noviciado, casa de estudiantes clérigos. Vida conventual a campana tañida. En la extensa propiedad no faltan campos de deporte para nuestros jóvenes. El Carmelo de la Provincia de Génova o Liguria ha invertido aquí todo el ardor del que sólo él es capaz. Han asumido el gran desafío de la organización, de la eficacia, del proyecto llevado hasta el fondo para la buena articulación de las dos comunidades formativas en una misma sede. Se valoriza el trabajo manual. Es evidente la iniciación, que sin duda habrá necesitado de una pedagogía al ritmo africano. Se ven los frutos en el decoro que presenta la casa, la iglesia y el entorno. La huerta es toda una granja agrícola.

Los estudios se realizan en el centro inter-congregacional de San Lorenzo de Bríndisi al otro extremo de la ciudad. La discreta biblioteca está suficientemente catalogada. La iglesia es de reciente creación, con armonía de formas y luces. En la huerta se recorre el Via-crucis  que culmina con la cruz victoriosa sobre una mole de granito. Importa poco que no haya corriente eléctrica. Cada noche hay alumbrado con el grupo electrógeno por algunas horas. Después hay que servirse de las lámparas de petróleo. Pero la vida sigue igual.

Aquí, en la hermosa e inspirada iglesia dedicada a la Virgen del Carmen,  asistimos a la toma de hábito de cuatro postulantes y a la profesión simple de tres novicios. Están por llegar cuatro carmelitas de Rwanda-Burundi con un formador para completar los estudios eclesiásticos en este colegio de Saint Elie.

Bouar – La Yolé   (1986)

Me figuro que una obra como ésta no se habrá realizado sin mucha discusión, sin mucho titubeo, con pocas dudas, con evaluaciones ligeras, con discernimiento superficial. Es una obra demasiado grande y grandiosa para una determinación a la ligera. Ha habido que haber fe, mucha fe, para embarcarse en esta aventura. Es un gran seminario menor en toda regla. Aquí planea la idea y el proyecto educativo de Arenzano. La torre-campanario nos lo recuerda ya arquitectónicamente. Pero los espacios son incomparablemente más extensos.

Actualmente hay 85 seminaristas en los dos ciclos de bachillerato, desde los 10-11 a los 19-20 años. En todos se ha inculcado y se ha iniciado el espíritu de familia. El engranaje en la distribución y funcionamiento de mayores y menores parece funcionar. Es, incluso, un resorte pedagógico de iniciación. El organigrama indica deberes y responsabilidades para el buen funcionamiento del grupo y de la casa. Los mayores, en estado de pre-noviciado o Postulantado, para los oficios religiosos visten  una túnica marrón con correa. Se cuida en ellos la iniciación a la oración teresiana con 30 minutos de ejercicio por la mañana y 30 minutos por la tarde. Celebran diariamente los laudes,  la hora media, vísperas, y completas. Los oficios religiosos se celebran a veces por separado entre grandes y menores en la iglesia y en la cripta. Iglesia y cripta reagrupan tantas obras de arte africana como no se encuentran en otra iglesia carmelitana  de África; el altar, el tabernáculo, la fuente bautismal, varios cuadros son auténticas piezas maestras.

Además de los cinco formadores carmelitas están los cinco ángeles custodios de este enjambre vocacional del seminario. Son las cinco religiosas indias de una Congregación carmelitana, la  “Mother of Carmel” (CMC), de rito oriental en Malabar. Con la enseñanza aseguran la enfermería y la intendencia. A su lado la voluntaria italiana Stefania Figini completa el cuadro con su iniciación a las artes plásticas y al diseño.

Lo llamativo de este seminario es que sea la sede de la enseñanza media también para los alumnos capuchinos y para los seminaristas diocesanos. Nuestra administración lleva la responsabilidad de los 25 profesores y de 250 alumnos en total. Aquí se manifiesta en carne viva la “bella economía del desperdicio” que asume con valentía la Provincia de Génova. Hay “desperdicio” de economía, de energías, de personal, de esperanza, de organización. Pero puestos al trabajo los responsables parecen regenerarse en energía y en entrega. Creen en esta obra que tienen entre manos. Aseguran que da sus frutos: tras 10 años de permanencia  se logra una iniciación que libera de algunas larvas ambientales o ancestrales a los candidatos a nuestra vida carmelitana, contrarresta el peso ambiental que puedan traer de la sociedad africana los africanos. Para cuantos no perseveran permanecen los resultados sociales de una iniciación sólida e innovadora a la vida por la enseñanza recibida.

¿Cuánto se ha investido en La Yolé? ¿Cuánto se trabaja en La Yolé? Algún fruto quedará de tanto esfuerzo. Aunque un seminario menor de las proporciones de La Yolé sea la realidad más sorprendente en el mapa de nuestras Misiones, ¿por qué discutirla? Si la Provincia de Génova tiene generosidad, entusiasmo, confianza es su riesgo y es su corona. En punto a la pastoral vocacional todos tenemos que adherirnos a la disposición de Pedro ante el Señor: “En Tu nombre lanzaré las redes”.

Baoró  (1973)

Parroquia de la Orden en propiedad, parroquia clásica en el ámbito misional: gran centro de vida cristiana, de irradiación evangélica, de asistencia. Parroquia también con muchas sucursales en la “brousse” en 100 km. a la redonda, con tantas iniciativas promocionales: enseñanza de mecánica,  de carpintería, de arreglo de autos, dispensario, de escuela materna y primaria, centro de formación femenina para jóvenes madres,... No lo olvidemos: en África el elemento clave desde la formación hogareña es la madre.

Soporte incomparable de estas iniciativas es la comunidad de Hermanas Carmelitas de Santa Teresa (Turín) con religiosas nativas, italianas y malgaches. Todas están comprometidas en un programa de conjunto para la evangelización y la promoción. Funciona también un grupo del Carmelo Seglar. La agrupación italiana de San Remo “Il Germoglio” ha creado un asilo para bebés.

Tuve la suerte de participar aquí en la celebración dominical. La liturgia africana tiene siempre un “más” : un “más” celebrativo, más expresivo, más participativo, más entusiasmante,... Nada se improvisa, todo se desarrolla con dignidad, todo transpira unción, recogimiento, religiosidad. Hasta el baile ese paciente, de pequeños pasos cuadriláteros, contenido.  La música ofrece su apoyo de relieve al son de balafón, del xilofón, del tam-tam, de resonancias metálicas.

Bouar por su posición geográfica central es la sede del delegado provincial, P. Roberto Nava.

Bozoum

Dista 140 km. de Bouar. Pero la ruta es impracticable. Por eso se impone el desvío de 100 km. más por Bosentelé. Ruta de campaña, ruta de fortuna, a la que hay que comunicar mucha dosis de buen humor para que las cinco y más horas de viaje no te cansen demasiado. Bozoum fue el primer asiento de la Misión Carmelitana. Nuestros misioneros heredaron una estación misionera de 1929. En 2004 se ha celebrado el 75 aniversario del primer bautismo. A Bozoum le dan el apelativo de “La Laborieuse”. De hecho, parece que hay más campo cultivado. La parroquia de San Miguel se coloca sobre una atalaya de la ciudad en el llano a sus pies. El poblado está protegido por la estatua de un Cristo y otra de la Virgen, en las colinas más altas. En la misma ciudad hay tres capillas más. La irradiación extraurbana llega a 100 km. con otras capillas, con centros de atención médica, con escuelas, con cooperativas agrícolas. 14 estaciones en la “brousse” se visitan regularmente.  

Es la labor de los cuatro misioneros que residen en Bozoum, con carpintería, con centro de jóvenes, con dispensario, con escuela materna y elemental junto a la casa central.. La evangelización ha creado ya un grupo del Carmelo Seglar. En Bozoum se creó la primera experiencia de seminario menor para la vocaciones carmelitanas en 1983, antes del traslado al espacio inmenso de La Yolé.

Durante la guerra civil del 2003 Bozoum fue una Misión duramente atacada. Los misioneros pudieron ponerse a salvo “in extremis”. Al regreso encontraron la situación desoladora de un saqueo y expolio vandálicos. Sólo un gran temple misionero les animó a recomenzar y a reconstruir. Hoy florece todo de nuevo con energía, con laboriosidad, con sonrisa.

Bosentelé

Aquí cesa la carretera que viene de Bangui. Es el punto estratégico de bifurcación de rutas  hacia el Tchad, hacia el Camerún. La parroquia de Santa Teresita depende de la comunidad de Baoró, a 92 km. Alma constante de este centro ha sido desde la fundación el P. Nicolò Ellena, el venerable decano de 80 años sonados, supérstite con el P. Carlo Cencio de los iniciadores de la Misión. En torno a la parroquia gira la múltiple actividad de las Carmelitas de Santa Teresa (Turín). La Hª Teresa permaneció sola durante la guerra reciente del 2003. Los rebeldes le robaron a punta de fusil. Se llevaron el botín, pero al poco sufrieron un accidente. ¿A quién recurrieron para que les curara?  A la buena Hermana, a la que habían robado.

Bangui

Sabemos que es la capital. Un asiento en la capital es siempre importante. En estos países todo está centralizado en la capital. En Bangui no hay residencia, hay un proyecto de residencia como soporte al trabajo y a la vida en la diócesis de Bouar. Pero en Bangui, sobre una colina, hay un terreno: 110 hectáreas de nuestra propiedad. La cifra no es exagerada. Corresponde a la realidad. De momento hay unos árboles frutales, una plantación de palmas de olivo, un inicio de construcción que conviene reestructuralo y redefinirlo. ¿Qué será? ¿Casa de acogida para el personal de paso, personal que tramita en Bangui mil asuntos sanitarios o administrativos? ¿Casa de noviciado, casa de postulantes? Todo es posible, puesto que está la base. Tanto terreno ofrece muchas posibilidades, incluso la de un monasterio de Carmelitas Descalzas.

Misión  singular

Bouar es una Misión con características propias. A nadie extraña la convivencia de misioneros con religiosos nativos. Pero los acuerdos con la Provincia de Malabar (India) y con la Delegación General del Congo ha producido la simbiosis de una colaboración de dos Padres de Malabar y dos Padres congoleños. Dudo mucho si otra Misión de la Orden pueda contar con un movimiento tan acentuado y sostenido de jóvenes religiosos carmelitas de Italia y de la República Checa que realizan  aquí su “stage” en período de formación, de laicos voluntarios de varias nacionalidades, círculos de amigos y bienhechores que respaldan la actividad misional desde la retaguardia. Son signos de las iniciativas, de la organización, del dinamismo de esta Misión.  

Compromiso, entrega, impulso, esperanza, inversión, inmersión. Todo queda bien equilibrado con el principio de nunca olvidar: “la economía del desperdicio”. ¿Frutos concretos? El Carmelo centroafricano cuenta actualmente con tres sacerdotes nativos, con dos hermanos profesos solemnes, con siete profesos simples, con cuatro novicios y con 85 aspirantes en el semillero vocacional de la Yolé.

Terminado mi trabajo, emprendo el viaje de regreso. Por coincidencia vuela abordo con nosotros el presidente la república. Desde la ventanilla del velívolo, antes de adentrarnos en las nubes del espacio, miro con cariño a esta tierra del corazón de África. Me asalta con fuerza la persuasión de que Dios ama fuertemente a los africanos. En su desventura, en sus carestías, en sus sufrimientos les concede tanta valentía y esperanza. Corresponde a nosotros trabajar para que el desarrollo sea progresivo hacia un porvenir mejor. Barala! (¡Adiós!).

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