A 50 años del Decreto «Ad gentes»: se impone una nueva pastoral misionera
En el último convenio Internacional que ha tenido lugar el 21 de abril 2015 en la Pontificia Universidad Urbaniana, con motivo del 50 aniversario de la promulgación del Decreto «Ad gentes», Luciano Meddi, ha hecho interesantes propuestas de cara a una renovación de la pastoral misionera. Resumimos aquí tres elementos que dan un vuelco importante a nuestro modo de trabajar y vivir en la misión:
- El anuncio integral del amor de Dios. EI proyecto de Dios no se limita al Misterio Pascual sino que nos abre a dinamismos más amplios que afectan al desarrollo de la persona. La recepción de la «Missio Dei» en nuestra pastoral misionera nos abre a espacios nuevos donde la concreta e histórica experiencia del amor de Dios motiva e ilumina prácticas concretas de salvación y por lo tanto de transformación. Al centro de nuestro anuncio hay que colocar a la persona y su calidad de vida, tanto interior como social.
- Las distintas expresiones de la salvación. Parece urgente ampliar los términos lingüísticos referidos a la salvación. En la teología tradicional se hablaba de: redención, divinización, filiación, justificación, vida eterna. Estas expresiones habría que completarlas en base al lenguaje bíblico con términos como: liberación, alianza, profecía y fraternidad, sin excluir términos más antropológicos como: realización, dignidad, inclusión, valor de la persona, justicia social, derechos humanos, solidaridad, concienciación, curación, unión cósmica, etc.
- El contexto y su transformación como tarea de la pastoral misionera. Muchos teólogos han criticado el hecho de que nuestra pastoral misionera es demasiado débil e incapaz de ayudar al desarrollo democrático y económico de los pueblos. (…) Mientras una parte del Magisterio tiende a separar la atención humana y la transformación del contexto en que se vive (GS 4.11), creemos que se impone una acción misionera que no se limite solamente al conocimiento sociológico del contexto (GS 4) como marco importante para el anuncio cristiano, sino que es preciso conocer y abrirse a otros dinamismos salvíficos «extra ecclesia» (GS 11), que ciertamente iluminan nuevos procesos de evangelización y de actualización del mensaje bíblico.
Todo esto invita a una nueva elaboración de la pastoral misionera en la que no podemos ignorar también desde un punto de vista teológico (non solamente sociológico) la importante aportación de las Ciencias Humanas.
Luciano Meddi (Extracto del convenio Internacional preparado con ocasión de los 50 años de la promulgación del Decreto conciliar «Ad gentes», Univ. Urbaniana, 21 abril 2015)
