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Buena nueva misionera

- Padre Aureliano del Santísimo Sacramento
El P. Aureliano del Santísimo Sacramento (en el siglo Pedro Landeta Azkueta) nació el 27 de junio de 1887 en San Miguel de Basauri (Vizcaya). Con quince años ingresa al noviciado de los Carmelitas Descalzos en Larrea y realiza sus estudios de Filosofía y Teología en los conventos de Burgos, Vitoria y Bilbao. Con 23 años es ordenado sacerdote en Pamplona y con tan sólo 26 años se embarca rumbo a la India como misionero apostólico. Allí llegó el 25 de octubre de 1912. Nunca más regresaría a su tierra, siendo éste un sacrificio costoso que ofreció al Señor por el bien de las almas de aquellas tierras lejanas y la formación integral de los seminaristas nativos.
 
Durante 51 años el P. Aureliano se consagró a la formación de los candidatos nativos al sacerdocio, calculándose que acompañó a cerca de 2.300 jóvenes en su itinerario formativo. A otros 6.300 seminaristas acompañó durante un período inferior a los siete años. Fue rector del Seminario de Alwaye (1944-1956) donde se reconoció su talento en la formación de las vocaciones sacerdotales. A día de hoy, tanto sus alumnos de aquel entonces como los jóvenes vocacionados actuales encuentran en su figura un referente sacerdotal de primer orden. Especialmente su libro “Espejo de sacerdotes” (Mirror of priests) sigue ofreciendo una visión completa de la vida sacerdotal centrada en la Eucaristía como médula del ministerio ordenado.
 
No en vano eligió como apellido religioso “del Santísimo Sacramento”La Eucaristía era su amor y su todo, su consuelo en las dificultades de la misión, su refugio en la añoranza de la familia y la tierra natal, la causa de su ofrenda personal en aras de la caridad y por los sacerdotes, el motor de su vida. Difundió con ahínco la adoración perpetua en India, Sri Lanka y Ceilán. El 1 de enero de 1931 organizó una serie de iglesias donde se adoraría al Santísimo día y noche ininterrumpidamente durante todo el año. 868 fueron las iglesias que se comprometieron a promover y garantizar la exposición del Santísimo. Abundantísimos frutos entre los fieles surgieron de esta devota práctica tan recomendada por los Romanos Pontífices. Si en 1935 había en India 6.848 adoradores nocturnos, por el empeño del P. Aureliano en 1963, año de su muerte, eran 180.000 adoradores.
 
También fue durante años director de la Liga Eucarística, institución que pasó de 1000 sacerdotes inscritos en 1928 a los 3000 de 1945. Ardiente apóstol de la Eucaristía, fue editor de la publicación “Eucaristía y Sacerdocio” y organizó dos Congresos Eucarísticos esplendorosos en Goa (1931) y Chennai (1937).
 
Al celebrarse sus Bodas de Oro sacerdotales, el clero nativo le pidió un consejo ante las dificultades del ministerio sacerdotal. “No esperéis nada nuevo” (con lo que gustan tanto ahora las novedades), les dijo. “Cuando os encontréis en dificultad, cuando os falten las fuerzas humanas, lo repito e insisto, id inmediatamente a la Eucaristía. Éste era su gran secreto pregonado a voces. He aquí un eficaz medio de perseverancia para el sacerdote que se encuentra inmerso en el devorador campo del apostolado: acudir a Jesús Sacramentado, claro está, a orar. Porque el P. Aureliano nunca dejó su vida de piedad al margen para entregarse al apostolado. Ante todo era Carmelita Descalzo, y el Carmelo es oración. Si no hubiese orado y observado fielmente las Costumbres de la Orden su apostolado hubiese sido infecundo. No hubiera tenido credibilidad a los ojos de la gente. Y así, él era el primero en dar ejemplo arrodillándose ante su Señor Sacramentado y entregándose a la oración. He aquí la verdadera alma misionera y sacerdotal.
 
El P. Aureliano falleció el 16 de noviembre de 1963. Como tras la independencia de la India acogió la nacionalidad del nuevo país, su causa de canonización es llevada por los Carmelitas Descalzos de allí. En 1999 el Beato Juan Pablo II lo declaró Venerable.
 
 
 
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