Crónicas Misioneras

Crónica 13. Perú de los incas y de los pizarros

Atención, viajero: Si llega al Perú y aterriza en el aeropuerto internacional de Lima, dirigiéndose a la ciudad le acoge una monumental estatua en piedra de la Virgen del Carmen. Está en el lugar llamado “de la Legua”, a una legua del mar, a una legua del centro de la ciudad. Con este emblema y con esta garantía carmelitana penetramos en esta república suramericana. La Virgen del Carmen en el Perú es la patrona de los reclusos, de las enfermeras, del criollismo (1960), de los correos nacionales, de la marina, de una infinidad de gremios, organizaciones, ciudades y pueblos. Es también alcaldesa de Lima (1974). Representa la devoción mariana más popular y la segunda en términos absolutos, tras el Cristo de los Milagros. No hay iglesia que no tenga su altar, frecuentemente hasta dos, con los vestidos suntuosamente bordados en oro.

Con sus 1.285.215 km. cuadrados Perú es en extensión el tercer país del hemisferio sur en América. Ofrece al visitante tres zonas diversificadas: los casi dos mil km. de costa sobre el Océano Pacífico en llanura desértica, las alturas andinas de la sierra, transitables hasta 5.000 m., y la selva amazónica. 16.000 km. de los ríos peruanos son navegables. El denominado “fenómeno del Niño”, llamado así porque sucede en los días cercanos a la Navidad, está creando serios problemas en el ecosistema. Los vientos alisios empujan las aguas cálidas del golfo de Panamá hacia el sur, hasta encontrase con la corriente fría de Humboldt. Favorece, sí, el aumento de la pesca.

Pero, por otra parte, provoca inundaciones por las grandes lluvias intempestivas.

La población peruana asciende a 27 millones y medio, cuyo 52% se extiende sobre la costa, el 37% habita en el altiplano andino, y el 11% restante en las zonas amazónicas. Los amerindios forman el 47% de los habitantes y el 89% profesan la religión católica. Las fuentes de ingreso del país son la exportación minera (el segundo productor de plata y estaño en el mundo), gas natural y petróleo, la pesca, la manufactura. La agricultura representa baja tasa de productividad, debido a la diversidad climática.

Perú es un país atravesado por una historia milenaria. El imperio incaico fue más extenso que el imperio romano, puesto que comprendía las actuales repúblicas de Perú, Ecuador, Bolivia con extensas zonas de Chile y Argentina. Conserva vestigios espectaculares de esa cultura. Los antiguos incas vieron al blanco español por primera vez en Túmbez. Y en Cajamarca el 29 de agosto de 1533 cometió Pizarro la tropelía de asesinar al inca Atahualpa, cuando el monarca había cumplido la condición del rescate de su liberación, llenando de oro y plata las tres habitaciones. “Usos son de la guerra –había dicho con realismo este emperador vencer y ser vencidos”. Ronald Schiller pudo sentenciar: “Fue aquella una tragedia de la que Perú aún no se recupera y una irreparable pérdida cultural para el mundo entero…”

El virreinato del Perú (1532-1824) comprendía en un tiempo toda la América del Sur, partiendo del istmo de Panamá y exceptuado el Brasil. En 1717 se segregó el virreinato de Nueva Granada y en 1776 el de Río de la Plata. Como colonia española en América fue la más rica y la más importante.

Con estas connotaciones al vuelo comencemos mi recorrido concreto por las estaciones carmelitanas del país. Las evocaremos a paso rápido, casi de puntillas, sabiendo que este país y esta realidad carmelitana merecen una valoración más detenida. La historia del Carmen en el Perú tiene su estudio de referencia en los dos volúmenes de Antonio Unzueta (“La Obra Máxima”, San Sebastián 1992 y 1994). Recordemos algunos datos de interés. Perú fue el país americano más conocido por Santa Teresa de Jesús. Su hermano Lorenzo se casó en Lima con una peruana de Trujillo. Sus hermanos Jerónimo y Agustín anduvieron también por estas 2 tierras, como el sobrino Francisco de Cepeda. Agustín de Ahumada tomó parte en 1556 en la fundación de Cañete y falleció soltero en Lima (1591). El padrino de bautismo de Teresa, Francisco Núñez Vela, era hermano del homónimo virrey Blasco. En Perú misionó el P. García de Toledo, a quien la Santa dirigió el libro de la Vida. Con el oro del Perú (100 pesos de a 22 quilates y dos gramos), enviado por don Lorenzo de Cepeda, se financió la fundación teresiana de San José de Ávila en 1562. El arzobispo de Lima, santo Toribio de Mogrovejo, pedía al rey Felipe II en 1593 el envío de los Descalzos. De la mano de la Virgen del Carmen y con estas referencias teresianas el Carmelo entramos por nuestro propio pie en Perú

Lima, la virreinal

Fue fundada por Francisco Pizarro en 1535 a orillas del río Rimac y a 12 km. Del Pacífico. Durante mucho tiempo del virreinato ejerció la primacía cultural de América Latina. Aquí se fundó la primera universidad en 1531. La megápolis de los ocho millones de habitantes presenta un trazado ejemplarmente amplio en el centro. Abundan los grandes edificios coloniales del barroco, del renacimiento y hasta del mudéjar, con fachadas y patios o claustros espectaculares. Llama la atención el labrado de los balcones en madera.

La gran riqueza artística de esta ciudad de Santa Rosa y de San Martín Porres son las iglesias. Reluce el oro con inusitado esplendor en los elaborados retablos barrocos de los altares, con tantas molduras de ingenio novedoso. ¿Cuándo se podrá completar el inventario de tantas estatuas, de tantos cuadros de valor perfectamente conservados?

El Carmen Alto.

Es la primera presencia carmelitana estable desde que en 1643 se fundó este Carmelo. La sorpresa se ha de repetir en otras visitas: monasterio sólido, artístico en su arquitectura. La iglesia tiene una solemne fachada barroca con dos torres. No se cansa uno de admirar el patio interior arqueado con la bella fontana de azulejos en el medio. En ninguna parte del mundo hay tanta riqueza de altares dorados, de estatuas de antología, de una iconografía pictórica de temas carmelitanos de la más genuina escuela “cuzqueña”.

Cada monasterio antiguo en el Perú es un museo riquísimo y variadísimo. ¿Qué habrá que hacer para que este inmenso patrimonio se presente al visitante con garantías de conservación? Lo más apreciable, por supuesto, son la abundancia de las vocaciones jóvenes al interno de la comunidad. Las Carmelitas fabrican para su sustento, dulces y turrones, apreciados por la población limeña. Elaboran también unos escudos carmelitanos de cómoda colocación. Preciada reliquia de su biblioteca con tanto fondo antiguo es la carta autógrafa de Santa Teresa de Jesús a la M. María Bautista.

El Carmen de las Carmelitas Nazarenas

De histórico beaterio pasó en 1966 con ayuda del Carmelo de Vitoria (España) a fundación canónica de Carmelitas. De entonces data la remodelación del monasterio con unas líneas estéticas y funcionales. Las monjas visten hábito azul-morado, porque son las guardianes privilegiadas del Cristo de los Milagros. Esta representación del Señor en su Pasión es la devoción suprema del limeño y del peruano. Convoca la millonada de personas que lo visitan cada año. Aquí ora el peruano, aquí cumple sus promesas, aquí se confiesa, aquí renueva su vida. Dos veces al año sale el venerado Cristo en procesión por las calles, con una participación de 300. 000 personas devotas que rellenan calles y avenidas de alrededor. El fuerte impacto de esta devoción tan arraigada ante la gente sencilla se comprende por la oración del Señor: “Yo te alabo, Padre … porque revelaste estas cosas a los pequeños …” (Mt 11, 25).

La comunidad desde dentro sigue con ejemplar serenidad este despliegue de acendrado fervor popular en el exterior. Una nota llamativa de los Carmelos peruanos es que administren y organicen obras sociales para la población necesitada. Con la debida independencia, pero bajo su responsabilidad, las Carmelitas Nazarenas en zona separada de la clausura ofrecen un comedor social para niños y ancianos. Las hijas de Santa Teresa son conscientes de la realidad social que les rodea.

La parroquia del Cercado

Fue la primera implantación de los Carmelitas en la capital (1920). El término de “cercado” corresponde a una realidad. Por allí “cercaban” a los indígenas en momentos de ataque de los piratas por el mar. Es una zona pobre y necesitada. A esa población responde una parroquia viva, con tantos servicios pastorales y sociales, como el colegio dirigido por las Carmelitas Misioneras, el dispensario médico. En los últimos años una oficina de ONG ofrece varios otros servicios de promoción humana. Es ejemplar la colaboración laical, incluso en la adopción o apadrinamiento de niños pobres.

La parroquia de San José

En la urbanización “Jesús y María” busquen por los aires las torres altas de una iglesia neogótica. Esa es nuestra parroquia carmelitana. ¿Qué arrestos tuvieron nuestros frailes para levantar un templo grandioso de estas proporciones a San José en la década de 1940? Pero lo bueno es que la inmensa iglesia se llena. Y en torno a la parroquia hay una actividad pastoral y social desbordante de juventud y adultos responsables.

Por supuesto, tiene su comedor social dirigido por las Carmelitas de Orihuela y su gran centro médico. Sólo una organización y un sentido de responsabilidad hacen funcionar debidamente estas parroquias multitudinarias, con tantos grupos repartidos en asociaciones apostólicas y actividades culturales, con un eficaz organigrama. Simpática nota conventual: San José es también la enfermería que acoge en los años ancianos al P. Serapio Lejarza y al P. Livino Duñabeitia, Carmelitas vascos que han dado lo mejor de su vida para el Perú. En este momento es también la sede del teologado.

El seminario o colegio de Pando

El seminario “San Juan de la Cruz” de Lima debe su existencia a la voluntad de la Orden por crear una estructura que ofreciera una sede digna para los estudios clericales a las numerosas vocaciones que en la década de los años 1980 comenzaban a despuntar como promesa generosa. El General de la Orden en ese momento, P. Felipe Sáinz de Baranda, impulsó con mano tenaz la creación de estructuras firmes de formación. Así se inauguró esta casa en enero de 1988. Su capacidad supera las 30 habitaciones, con capacidad de levante cuando se presente la necesidad. Actualmente es la sede de los postulantes.

El Instituto de espiritualidad

En Lima-Pueblo Libre se encuentra la sede y la secretaría. Comenzó a funcionar en 1997. Tiene su programa anual, con una oferta variada con miras a responder –sobre todo- a las necesidades de la vida consagrada con temática general, con temática carmelitana, con temática latinoamericana en los dos semestres del año. Ofrece también cursos de verano. Las lecciones, por ejemplo, sobre la espiritualidad bíblica del Padrenuestro que ha dictado el P. Camilo Maccise, atrajeron a más de 200 oyentes.

El instituto se autofinancia con las cuotas de los participantes. Es una realidad carmelitana que está llamada a un mayor desarrollo con el tiempo, cuando su programa penetre más en las facultades de teología, en los institutos de ciencias eclesiásticas, en los seminarios, en las casa de formación, en las comunidades religiosas.

La casa de oración de Chaclacayo

A 30/35 km. de la capital se encuentra esta población veraniega. En una villa comprada y adaptada comenzó a funcionar en 1995 la casa de oración. Y en ese desierto circundante de montes calcáreos y pelados nuestra casa “Monte Carmelo” es un oasis de verdor con árboles selectos, césped esmerado, surtidores de agua cantarina, profusión floral. La casa es una delicia de sencillez y armonía. El silencio está asegurado, enmarcado en el canto abundante de  pájaros. Todo favorece el clima de oración. Por esta prestación extraordinaria es un lugar muy apreciado y solicitado.

En estos momentos estamos ante una expectativa, porque el vicariato regional del Perú ha ofrecido la casa a todo el Carmelo Latinoamericano (CICLA). Ha llegado el nuevo núcleo de tres Carmelitas colombianos con el compromiso de convertir la mansión en “casa de contemplación”. Será una experiencia pionera en la Orden

Con las directivas de los superiores generales en sus visitas el Carmelo Peruano ha enriquecido su imagen, que nació parroquial por exigencias eclesiales del momento, con el complemento de casas de formación, con la vertiente espiritual de un instituto y de una casa de oración.

Por las alturas andinas

La quena o flauta andina asocia la imagen de las elevadas altitudes de este país, con el “saroche” o mal de altura, que pesa sobre nuestro organismo si no se toman las prudentes precauciones. Uno de los intereses turísticos del Perú está en estos montes. Aquí la cultura inca, con algunos ejemplos del pre-incáico, se manifiesta más al vivo en la arqueología, en los restos conservados, en el folklore, en la música, …

Cusco

Fue la gran capital del imperio de los incas. Declarada patrimonio de la humanidad, es la cuarta ciudad del país en habitantes. El que se encuentre a 3.326 m. sobre el nivel del mar le da un primer tipismo. Pero hay que escuchar aquí la voz de la historia. Y con ella encontramos el basamento del gran templo del sol. Porque Manco Capac y Mama Oclo, los hijos del dios sol, entendieron que aquí se había de fundar la capital del nuevo reino, heredero de la antigua civilización Tiahuanaco. Pero hoy Cusco (o Cuzco) es una memorable ciudad colonial, con la monumental plaza de armas, con una de las catedrales más interesantes de América Latina, con tantas otras iglesias, verdaderos museos de arquitectura barroca, de imágenes y cuadros, sobre todo, de la escuela cuzqueña. En los poblados de alrededor se encuentran tantos vestigios del pasado inca.

Detengámonos en el monasterio de las Carmelitas. La fundación es de 1673 y ha dado origen a otros Carmelos en la patria. La iglesia es barroca, con altares del más reluciente dorado. El ciclo de los 22 cuadros coloniales que relatan episodios de la vida de Santa Teresa está considerado como el mejor conjunto pictórico de Espinosa de los Monteros. También en el interior se podría organizar un museo de alto nivel con las estatuas y telas abundantes de motivos carmelitanos. Entre otros motivos, llaman la atención la genealogía del Carmelo

partiendo de la viña de Elías y el doctorado teresiano. Como frecuentemente en otros monasterios, también aquí hay que destacar la obra social a favor de los pobres a la sombra del convento, con la debida independencia pero con la responsable participación.

Machu Picchu

Quien busque en el mundo un paisaje, un espectáculo visual que le absorba, que le deje sin palabra, admirativo y boquiabierto, visite este sagrado lugar incáico a 112 km. de Cusco. Se encuentra a 2.450 m. de altitud. Es el mejor y mayor reducto de la cultura inca: una ciudad en estas alturas, entre rocas y verdor, serviría a los incas –se piensa- para penetrar en la selva amazónica, cercana sólo a 45 km., y para someter a nuevas poblaciones.

En el Machu Picchu se repitió la historia de los aztecas de Méjico y Guatemala. En su ocaso étnico ocultaron pirámides y plazas, cubriéndolas de tierra y maleza. Pero la tenacidad arqueológica del americano Hiram Bingham dio el 24 de julio de 1911 con la “ciudad perdida de los incas”. Ahora, desde 1983, la UNESCO reconoce la zona como patrimonio de la humanidad. El entorno bravío de rocas y montañas, la parte reconstruida de casas, templos y calles en posición de terrazas superpuestas, los barrancos impresionantes hacia el río Urubamba producen un escalofrío emocional inolvidable. Aquí habla la historia inca y el desarrollo cultural de este pueblo interpela…

Ayacucho

Lo dicen las guías turísticas: una de las ciudades más bellas del Perú. En años pasados su nombre evocaba la siniestra realidad del terrorismo del “Sendero Luminoso”. Hubo millares de víctimas. Su riqueza actual son las iglesias del s. XVI y XVII, tantas y tan bellas, con la mayor expresión religiosa en los ritos y procesiones de la Semana Santa. Cuando se visitan los viejos palacios coloniales o las históricas casonas agrada pasearse por los pórticos arqueados.

Abundan los trabajos de artesanía: Más de un turista habrá comprado aquí un tapiz ayacuchano. A las afueras de Ayacucho se libró el 9 de diciembre de 1824 la batalla definitiva por la independencia del Perú. Hubo aquí un convento de frailes Carmelitas, que desde 1974 fue la sede del noviciado.  

Desde 1932 el primer emplazamiento había sido la parroquia de San Juan Bautista. Pero lugar más duradero, hasta la supresión de la comunidad en 1983, fue la parroquia de San Francisco de Paula. Todavía perduran tantos recuerdos iconográficos en la iglesia, y el lamento desgarrador por la supresión es vivo en nuestros días. Anteriormente el P. Antonio de San Pedro de Alcántara, carmelita mejicano, misionó por cuarenta años y sirvió a las Carmelitas como capellán. Falleció en olor de santidad en 1757; está enterrado en la cripta del monasterio. Un hermoso cuadro-retrato lo mantiene vivo en la historia.

La presencia carmelitana en la actualidad está representada por las Carmelitas Descalzas, fieles al puesto desde 1683. Si la construcción duró 20 años, se logró al fin un sólido monasterio. ¿Dónde se encuentran dos patios-claustros tan armoniosos, como éstos de Ayacucho? También aquí la UNESCO u otra organización cultural internacional debiera interesarse para mostrar al público con las normas y criterios de auténtico museo el inmenso patrimonio de esculturas, muebles, cuadros –por decenas- de inmenso valor. La iglesia es toda una joya de arte. Pero las piedras vivas son las jóvenes Carmelitas, jóvenes en continuación, de la comunidad. Ellas representan la garantía de la vitalidad de este Carmelo, tras haber dado origen a otras fundaciones. Ofrecen una bebida casi inebriante, que condiciona al que lo bebe para que regrese de nuevo. El brío de las Hermanas en las danzas recreativas tiene nivel de pequeño ballet ayacuchano.

Cañete

A 150 km. de Lima por la carretera panamericana sur, cerca del mar y circundado del desierto, está San Vicente de Cañete. Hemos recordado que un hermano de Santa Teresa, Agustín de Ahumada, participó en 1556 en la fundación de la ciudad. Procedentes de Ayacucho llegaron aquí las Carmelitas fundadoras en 1977. En un soleado y acogedor monasterio, junto a una iglesia nueva con grande capacidad, se encuentra la comunidad, pletórica de juventud dispuesta a la emigración misionera. Con garbo inusitado y con la debida maquinaria trabaja en el bordado como ocupación remunerada para la vida de la comunidad.

A la derecha del gran patio de ingreso está la entrada para la escuela popular y salas de catecismo para el barrio. Es una nota teresiana de la mayor garantía el que los Carmelos del Perú estén tan bien insertados en la iglesia diocesana y en el ambiente sociocultural que les rodea. Son, verdaderamente, “una estrella que diese de sí gran resplandor” (Vida 32, 11).

Ica

Ciento cincuenta kilómetros más adelante por la misma carretera, por el mismo paisaje de arenal amarillo, llegamos a Ica, capital de departamento. Es una región vinícola. Tiene su bella zona turística en el oasis de palmeras y lago de Huacachina. Kilómetros antes de llegar a Ica se pasa por Pisco, lugar del epicentro del terremoto que el 15 de agosto pasado asoló a la zona.

Llegados al convento de los frailes, nos congratulamos de encontrarnos en esta hermosa casa, fundación de la Orden desde 1951. Pero si atravesamos la calle y llegamos al santuario del Señor de Luren, aquí tenemos que cantar la elegía. El Cristo de Luren es el santuario mayor del departamento y muy popular en el Perú. Junto al Cristo se ha desarrollado una profunda y social religiosidad. La expresiva imagen procedió de España en 1570. Su presencia ha sido el refugio y el estímulo ante los frecuentes desastres sísmicos de la zona. Así sucedió en la tarde del 15 de agosto del 2007. Las tres torres, una alta y dos laterales menores, se derrumbaron para atrás.

Cayeron sobre la cúpula del gran santuario, atravesándola por completo. Ante destrozo tan espectacular se consideró un milagro que no hubiera víctimas. Pero el templo ha quedado irreparablemente dañado. Las paredes muestran muchas grietas y se están abriendo hacia fuera. No quedará más remedio que el derrumbe total y nueva construcción, cuando se consigan los fondos necesarios. Mientras tanto los oficios religiosos se celebra en una sala provisoria, insuficiente para tanta afluencia. El Cristo sigue allí, milagrosamente intacto, venerado, punto de referencia para retomar el ánimo de la vida.

La Hermandad del Señor de Luren ofrece una asistencia con diversas especialidades médicas y asistenciales a la población.

Acerquémonos al monasterio de las Carmelitas. Extrañamente, es el único Carmelo del Perú que no abunda en vocaciones. Pero también aquí se esperan tiempos mejores. El convento se encuentra junto al hospital regional. Es espacioso, con mucha luz, y tiene una capilla frecuentada. Ha habido que levantar rápidamente el muro circundante que se derrumbó con el terremoto. Aquí, como en otros monasterios, la artesanía doméstica está concentrada en la fabricación y venta de exquisitos dulces.

Delante del monasterio se ha improvisado un barrio de emergencia con chabolas para quienes perdieron sus hogares en el temblor de agosto. Son viviendas precariamente separadas por telas, mientras se distribuya la ayuda internacional y se reconstruyan las casas.

* * * * * * * * *

Al terminar el recorrido por tierras peruanas resumo mis consideraciones carmelitanas:

- Perú, tierra de la Virgen del Carmen por su extendida presencia.
- Perú, tierra teresiana por las vinculaciones de la familia de Cepeda y Ahumada.
- Perú, un Carmelo con proyección pastoral y social en los conventos y monasterios.
- Perú, un Carmelo con proyección espiritual en los 18 monasterios.
- Perú, un Carmelo con apostolado de la espiritualidad en el instituto y en la casa de oración.


Para tan amplias tareas el Carmelo Peruano necesita de más personal. Por eso hay que agradecer el refuerzo de los Carmelitas colombianos. Es digna de nota también la presencia de unas 100 Carmelitas peruanas en los monasterios de España. Sólo les falta aceptar el compromiso de una fundación misionera por su cuenta fuera de su continente.

Las Carmelitas tienen una presencia de más de tres siglos en el Perú, desde 1643. Se acerca el centenario de la llegada de los Carmelitas a este antiguo imperio inca: 1911-2011. Es una fecha para la acción de gracias y para la evaluación. En clave teresiana siempre estamos en fase de “ahora comenzamos, y procuren ir comenzando siempre de bien en mejor”.

La Obra Maxima Revista Carmelitana y ONGD para el Desarrollo.
Pedro Egaña 7 - Apartado 20 - 20080 San Sebastián
Teléfono. +34 943 459 575 - revista@laobramaxima.es
Política de protección de datos - Política de cookies