Crónicas Misioneras

ENTREVISTA A JEAN SLEIMAN, ARZOBISPO LATINO DE BAGDAD

Jean Sleiman, libanés, nacido en
1946. Carmelita Descalzo. Realizó
estudios de sociología en Lyon,
y de antropología social y cultural
en la Sorbona, ciencias que ha
enseñado en Beirut y en Roma.
Consejero general del Carmelo Teresiano
entre 1991-2000. Desde
2000 arzobispo latino de Bagdad.

La Obra Máxima (LOM).- Monseñor Sleiman (MS),
Vd. afirma que la situación de los cristianos en Irak
sigue siendo precaria. La cristiandad, el número y
presencia de los cristianos, está desapareciendo. Y
desde luego no se hace casi nada para sostenerlos.
Las grandes maniobras para crear el Gran Oriente
Medio, llamado también Nuevo Oriente Medio, la estafa
de la primavera árabe, las guerras para establecer
democracias sin raíces, todo ha contribuido, con
la ayuda de los fundamentalismos, a vaciar de sus
cristianos el Oriente Medio.
LOM.-Ante esto, vamos a comenzar con una pregunta
sencilla, pero concreta y significativa: ¿Cómo es la Semana
Santa para un cristiano en Irak y en la región?
¿Estamos informados de lo que realmente sucede allí?
MS.- En los días pascuales se me preguntaba, especialmente
desde Europa, cómo habían sido las
celebraciones. Las celebraciones, todas, desde el
Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección se
desenvolvieron en calma, pero no sin dificultades. En
efecto, el domingo aquí es día laboral. Además, las
manifestaciones de protesta, usuales el viernes, se
prolongaron hasta el domingo. Muchas calles se cerraron
al tráfico. Algunos barrios se blindaron. Un imponente
despliegue de las fuerzas del orden hizo temer
lo peor. Estas molestias desanimaron a muchos,
que no vinieron a las celebraciones.
Refiero esto para describir la situación de los cristianos
en este país: no se trata siempre y en todas partes
de persecuciones, sino de una ciudadanía de segundo
orden. Con la disminución de los cristianos y el avance
del fundamentalismo, la discriminación crece.
LOM.- ¿Ha descendido de manera alarmante el número
de cristianos en la zona? ¿Es la persecución
actual que sufren los cristianos, similar a la de algún
período anterior? ¿Es nueva esta situación?
¿Cuál es la solución a estas persecuciones?
MS.- Las persecuciones han tenido lugar en diversos
tiempos y en varios lugares. Sin embargo la situación
de ciudadanos de segunda clase, de dhimmi
[cristianos, judíos, y otras minorías, que deben pagar
un tributo para poder gozar de algunos derechos],
que está en vigor, es más perniciosa y más perversa
que las persecuciones. Hasta que no haya estados
de derecho, en vez de teocracias más o menos veladas,
el riesgo será siempre grande.
Ciertamente, la evolución política desde 2003, año
del colapso del régimen, es responsable de la situación
actual, pero no solo. La ideología árabo-islámica,
los conflictos entre las partes, la presencia
del Estado Islámico, las intervenciones occidentales
tendentes principalmente a llevar a cabo intereses
políticos y económicos, todo debilita la presencia de
las Iglesias, y también de otras minorías. Irak continúa
despoblándose de sus ciudadanos cristianos, que fundamentalmente
tratan de huir de esta situación más
peligrosa que las persecuciones, por el cansancio que
produce, la desesperación que causa y la incertidumbre
que genera.LOM.- ¿Cuál es su opinión acerca de la nueva medida
de la Unión Europea de mandar a los refugiados
a Turquía? ¿Qué piensa de la situación de los refugiados?
¿Son estas medidas una prueba más de que
Europa ha perdido sus raíces cristianas?
MS.- La Unión Europea se está suicidando. ¿Qué significa
mandar atrás a los prófugos para sustituirlos
por turcos? Por una parte, manifiesta que tiene necesidad
de sangre nueva, vista la catastrófica demografía
europea en general. Pero el problema demográfico
no se resolverá con estas sustituciones. Por
otra parte, no se desarrolla una verdadera estrategia
de acogida. Ni la compasión ni el cierre de fronteras
son verdaderas políticas migratorias.
Por lo demás, lo que está sucediendo desde hace algún
tiempo, no es ya un movimiento migratorio. Es
una especie de invasión, ciertamente teledirigida,
en la que la mayor parte de los migrantes se instrumentaliza
para fines políticos. Pero si la Unión Europea
es capaz de ello, comprométase a poner fin a los
conflictos del Oriente Medio, y desembarazarse de
aliados o amigos que financian el terror.
En cuanto a su pregunta sobre las raíces cristianas
de Europa, basta pensar en su Constitución, donde el
reconocimiento de aquellas, fundado histórica y culturalmente,
se ha recusado. La Unión Europea es frecuentemente
anticristiana, por no decir anticatólica.
De este modo ha debilitado mucho a la Iglesia Católica,
la más grande escuela de integración, de aculturación,
de inculturación. w

La Obra Maxima Revista Carmelitana y ONGD para el Desarrollo.
Pedro Egaña 7 - Apartado 20 - 20080 San Sebastián
Teléfono. +34 943 459 575 - revista@laobramaxima.es
Política de protección de datos - Política de cookies