Crónicas Misioneras

Camerún -África profunda

Desde mis años de Kinshasa, es la sexta vez que llego al Camerún, siempre por motivos carmelitanos. Esta república del África centrooccidental traza la barrera entre el África sahélica del norte con el centro. Divide igualmente el África occidental y oriental. Su base rectilínea, fronteriza con Guinea Ecuatorial, con Gabón, con el Congo-Brazzaville, arranca ligeramente del norte del ecuador.

Emerge de allí como un triángulo no del todo rectilíneo con la República Centroafricana al este, la Nigeria al oeste, con el Tchad en el norte. Le quedan 300 km. de costa atlántica en el golfo de Biafra, que fue denominada «Río dos Camarões» por el navegante portugués Fernando Poo. De la denominación portuguesa de Camarões derivó el nombre geográfico de Camerún.

El explorador alemán G. Nachtigal estableció aquí la primera colonia en 1884, como fruto de la repartición de África en el congreso de Berlín. Con la pérdida de la colonia por Alemania en 1916, Francia e Inglaterra le suplantaron en el territorio. Camerún es así el único país africano con doble lengua colonial: el francés y el inglés, según regiones. Con independencia desde 1960 esta república federal ocupa un territorio de 475.442 km2. Su población sobrepasa los 22 millones de habitantes. Más del 20% son católicos, en dinámico aumento.

Es zona del África profunda con su cultura ancestral, llena de tradiciones orales y de religiosidad. Entre los Beti el ser primordial Nkombodo se unió a las nubes. De esa unión nació la pareja humana, Elo Pogo y Mangono. Nkombodo desapareció en el espacio infinito, dejando a Elo Pogo y a Mangono el cuidado de crear cuanto existe en la tierra. Ego Pogo se apropió de la sabiduría de Nkombodo. El primer hombre, de ancestro masculino, se convirtió en dios con el nombre de Zamba, completando y perfeccionando la creación.

Pero la mitología antigua continúa considerándole hombre, puesto que está invadido de todas las maldades como un ser mentiroso, incestuoso, pendenciero, mal padre, mal esposo y mal jefe. Ese usurpador de Dios permanece alejado de los hombres. Por eso están los ancestros, más próximos y accesibles a nosotros. Ellos protegerán a la humanidad. La ancestralidad comunica así a las religiones africanas una dimensión familiar, convirtiéndose en miembros invisibles del clan. Cada nueva criatura es un ancestro re-encarnado. En otra variante del mito la nueva criatura es un regalo del ancestro.

YAOUNDÉ

Con barrios diferenciados se presenta como una ciudad en colinas. La «ciudad de las siete colinas» es la capital administrativa y política. Aquí está el palacio

presidencial, aquí está el palacio del parlamento. Aquí están las embajadas. Yaoundé se encuentra a 250 km. del mar, del denominado Golfo de Biafra. Tiene dos millones ochocientos mil habitantes. En Yaoundé, en el barrio de Etoudi, surgió en 1953 el Carmelo de Cristo Rey. Provenía de Francia. Tras su cierre temporáneo en 1978 los cristianos de la zona oraban insistentemente ante la estatua de la Virgen del Carmen en la capilla para el regreso de las Carmelitas. «Porfiéme, y me valió», podría decir cada uno con Santa Teresa. En 1987 regresaron de nuevo las Carmelitas Descalzas. Eran ocho Monjas con una novicia entre ellas, provenientes de tres monasterios de Lombardía (Italia), todas con decidida vocación misionera. La comunidad se ha coloreado de vocaciones nativas.

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La asamblea conjunta de monjas y feligreses expresa su fe profunda en el canto y en la danza religiosa de la celebración dominical, siempre recogida, siempre participativa. La capilla de las Carmelitas permanece como un lugar de frecuentación religiosa también durante el día entre semana. Nkolbisson es un barrio clerical en Yaoundé, como Kimwenza en Kinshasa. Aquí tiene su sede la universidad católica. Aquí han enseñado algunos grandes nombres de la teología africana:

Engelbert Mveng, Jean-Marc Ela, Meinrad Hebga, … Abundan las casas religiosas, sobre todo de formación, debido a la cercanía de la universidad católica, del instituto «Saint Cyprien», del instituto de filosofía.

Aquí está el hermoso escolasticado «Santa Edith Stein» de los Carmelitas con su nueva capilla pública. Funciona al mismo tiempo como casa de espiritualidad.

En esta casa de estudios para los jóvenes Carmelitas cameruneses se respira una presencia invisible, pero muy carismática. Es el recuerdo vivo y la tumba de fray Jean Thierry Ebogo del Niño Jesús y de la Pasión (1982-2006). Joven novicio con la pierna amputada, debido al cáncer, hizo la profesión en su lecho de muerte, como Santa Teresa de los Andes, para morir carmelita de pleno título. Pero más importante todavía es la estela de edificación que dejó entre el personal sanitario de los hospitales por donde pasó. Por su serena y sonriente aceptación de un cáncer agresivo y extremamente doloroso todos lo consideraron santo y como tal lo recuerdan emocionados. Con buen criterio el P. Giorgio Peruzzotti, que ha sido el decano de los Carmelitas en el país, recogió todos sus recuerdos, reliquias que están obrando gracias y milagros. Cuadernos personales, cartas autógrafas, objetos de su uso, todo está recogido. Todo está sellado y firmado para garantizar la Algunos cuadernos contienen poesías y reflexiones de profunda vivencia e inspiración. Son versos proféticos que traducen cuanto Jean-Thierry vivía y preveía en la dura prueba de su enfermedad.

Varios textos, por el contenido y por el impacto que provocan en el lector, merecen una publicación. En cualquier caso, su presencia invisible–y su intercesión celeste- dejaron huella y son siempre muy fuertes. Fue un ser de excepción. Su tumba es frecuentada. A los cinco años de la muerte, en 2011, comenzó su proceso de beatificación. Esperamos que Jean-Thierry del Niño Jesús y de la Pasión, regalo de Dios al Carmelo de África, sea elevado al honor de los altares. Vale la pena conocer a este retoño africano del Carmelo. Circulan ya varias biografías.autenticidad.

La capital ofrece siempre mayores facilidades, mejores garantías, presenta las infraestructuras esenciales. Yo prefiero asomarme al interior del país. Me alegro de tener ocasión. Es ahí donde encuentro el África genuina con sus precariedades y sus virtudes. Es el África que me instruye, que me entusiasma. Viviré circunstancias profundas. Me dispongo al imprevisto. W

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