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ÁFRICA/ANGOLA - La vida después del Covid-19 no será la misma: hambre y pobreza aumentan

Luanda  - Los primeros casos de coronavirus en el país fueron registrados por las autoridades a fines de marzo. Unas semanas después, el gobierno decretó el estado de emergencia. "A finales de abril, el gobierno angoleño inició las pruebas para verificar posibles nuevos casos entre los ciudadanos que llegaban de Portugal", escribe a Fides José Ventura, profesor, periodista y sociólogo angoleño.
“Con el estado de emergencia, los angoleños han entrado en aislamiento, reduciéndose de este modo los derechos de la población, con el fin de mitigar la pandemia. Se han cerrado escuelas, iglesias, universidades, administración pública, empresas privadas y comercio informal".
En la nota recibida, el profesor Ventura destaca la presencia constante de la Iglesia Católica junto a la población en esta grave emergencia. “Se trata de la confesión religiosa más numerosa del país", explica Ventura, y a través de los medios de comunicación, principalmente a través de Radio Ecclesia, Radio María, emisoras diocesanas y televisión estatal, ha intensificado su presencia retransmitiendo la misa dominical. Las parroquias han permanecido cerca de las personas a través de las redes sociales, una realidad no muy presente antes del Covid-19. En algunas comunidades, por ejemplo, los párrocos han creado perfiles de sus parroquias en Facebook, la red social más utilizada en el país, para estar más cerca de la vida de los fieles".
Refiriéndose a la situación social, el sociólogo angoleño también afirma que “la vida en Angola se ha vuelto más costosa desde un punto de vista económico. Los límites impuestos por el estado de emergencia han debilitado el mercado informal, absorbiendo una gran parte de la fuerza laboral del país. Como la mayoría de los ciudadanos dependen del sector informal, la pobreza ha aumentado y, con ello, las dificultades de los ciudadanos. La situación tiende a empeorar debido a la caída de los precios del petróleo, colocando al país en una situación de recesión económica desenfrenada, que ya había iniciado en 2014 y que agrava la vida de las poblaciones. Día tras día, muchas familias pierden su poder adquisitivo. Debido a la situación de extrema pobreza, hay casos de muerte por hambre. Además - agrega el periodista angoleño -, en Angola, el sistema nacional de salud es muy frágil, incluso hoy muchas personas mueren de malaria".
“Para mitigar la situación social causada por la pandemia, el gobierno ha implementado políticas de asistencia social con distribución gratuita de agua potable, alimentos no perecederos, productos de higiene (jabón). En opinión de los expertos sociales, estas medidas gubernamentales no resuelven la situación de pobreza en Angola. Se espera que el ejecutivo angoleño revise sus políticas públicas, vinculadas a la emancipación de las familias, ya que el plan de diversificación económica anunciado en 2014 ha fallado. Sin embargo, las autoridades locales esperan volver pronto a la vida normal en el país, con la restauración de los servicios, las instituciones y la economía. Una cosa es segura, la vida después del Covid-19 nunca volverá a ser la misma", concluye el profesor Ventura.
Según los datos oficiales del INE (Instituto Nacional de Estadística) en Angola, actualmente hay 30.175.553 habitantes.
(JV/AP) (Agencia Fides 20/5/2020)

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