Sydney - “El mensaje del Santo Padre es un mensaje de gran aliento, porque nos invita a acoger y compartir la alegría del Evangelio. Su anuncio de salvación y el don de la fe nos traen el don del Espíritu, que incluye el don de la alegría, que es fruto de la atracción: Jesús se nos revela atrayéndonos y nos acerca a la comprensión de la promesa del reino de Dios". Con estas palabras, el padre Brian Lucas, Director de "Catholic Mission", es decir, la Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Australia, ha comentado a la Agencia Fides el mensaje que el Papa Francisco envió a las Obras Misionales Pontificias el 21 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor.
“Entre los puntos que más me han impresionado - comenta el padre Brian -, es el de la forma en que compartimos el Evangelio a través de la belleza: nosotros no hacemos proselitismo, sino que debemos dirigir a los fieles hacia el Misterio de Cristo y a la comprensión de promesa del Reino de Dios a través de la belleza de este mensaje y esto se deriva de la relación que creamos, en línea con la forma en que compartimos nuestra fe".
Luego comentando cómo el mensaje del Papa puede ayudar a renovar la misión de las OMP en Australia, el padre Lucas dice: "Creo que en el contexto de la sociedad australiana, el desafío que nos espera es evitar la burocracia, evitar cargar con estos pesos a los fieles: el Santo Padre lo especifica cuando dice que deberíamos evitar programas formativos demasiado exigentes que las personas no encuentran interesantes, y en lugar de esto, dar la oportunidad de compartir la fe estableciendo relaciones con las personas que nos rodean".
Sobre el futuro de las OMP en la Iglesia a nivel universal, el padre Brian argumenta que la dirección en la que debemos proceder es aquella en la que podamos construir juntos el Reino de Dios y difundir la proclamación del Evangelio a través de la capacidad de ponernos en contacto y establecer una relación personal con los fieles: para transmitir su mensaje a las personas con las que nos encontramos. La misión – concluye -, no es algo sofisticado o elitista, sino la participación de cada uno de nosotros en la vida de la Iglesia en el mundo".
(ES) (Agencia Fides 13/6/2020)