Bangui - “Hoy, 2,8 millones de centroafricanos necesitan ayuda humanitaria y protección, es decir, casi el 60% de la población del país… Las crecientes violaciones cometidas por los grupos armados están creando nuevos desplazados y nuevas necesidades humanitarias. Y, por supuesto, todo esto se ve agravado por el impacto del Covid-19”, así lo explica el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Mark Lowcock, dos meses antes de las elecciones presidenciales y legislativas previstas para el próximo mes de diciembre en la República Centroafricana.
El alto funcionario de la ONU deplora la situación de seguridad en el país, que pone en riesgo el trabajo de los trabajadores humanitarios, recordando que “solo en los primeros nueve meses de este año han muerto ya dos compañeros humanitarios y otros 21 han resultado heridos en varios episodios violentos”.
En vista del acercarse de la fecha de renovación del mandato de la Misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA), programada para mediados de octubre por el Consejo de Seguridad, Lowcock exhorta a los Estados miembros a “seguir dando prioridad a la protección de los civiles en sus compromisos en la República Centroafricano, dados los numerosos riesgos y dinámicas de los conflictos en el país y en la región en general”.
Lowcock añade que el estado lucha por brindar a los ciudadanos servicios básicos (salud, educación, etc.), todo ellos lagunas que las organizaciones humanitarias buscan subsanar.
“Si estas actividades son un sustento para las personas, creo que será muy positivo ver un cambio en el apoyo de los socios de desarrollo para mejorar la prestación de servicios e invertir en infraestructuras críticas”, explica Lowcock, quien ha agradecido a los países por sus generosas contribuciones al Plan de Respuesta Humanitaria que busca recaudar $ 553 millones y de los cuales se ha financiado algo más de la mitad.
En su carta pastoral del 6 de septiembre (véase Fides 7/9/2020) los obispos centroafricanos denunciaron la presencia de grupos armados que amenazan el futuro del país. “Observamos con amargura que el 70% o incluso el 80% de nuestro país está ocupado por grupos armados, algunos de los cuales son liderados por los mercenarios más feroces”, afirmaron los obispos al denunciar los crímenes cometidos contra las poblaciones de diferentes zonas del país.
(L.M.) (Agencia Fides 7/10/2020)