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El Siervo de Dios Juan Vicente Zengotita (1862-1943)

 

Juan Vicente Zengotita Bengoa y Lasuen

 

El Siervo de Dios Juan Vicente Zengotita (1862-1943) [Varios]

Zengotita Bengoa y Lasuen, Juan Vicente. Juan Vicente de Jesús María. Bérriz (Vizcaya), 19.VII.1862 – San Sebastián (Guipúzcoa), 27.II.1943. Carmelita descalzo (OCD), misionero de vanguardia y propagandista de las misiones.

Novicio en el Carmen descalzo de Larrea (Vicaya), profesó allí en 1878. Cursó estudios de Filosofía en Burgos (1879-1881), de Teología en Marquina (Vizcaya), y su sacerdocio en Vitoria en 1885. Prior de los descalzos en Valencia en 1888, fue a continuación prior en Burgos, donde fundó la “Liga Dominical” y la “Cruzada contra la blasfemia”. Profesor de Filosofía por un tiempo, restauró la vida eremítica del Carmelo en 1897 en el Santo Desierto de Herrera (La Rioja). Intervino activamente en el Congreso Católico de Burgos de 1899; al año siguiente fundó el periódico El Castellano, que duró hasta 1942. Solicitó entonces permiso para irse a las misiones de la India. Salió de Burgos en mayo de 1900, pasó unos meses en Londres; embarcó en Génova rumbo a la misión carmelitana de Verápoly y llegó a Bombay el 7 de diciembre.

Veneró en Goa, el sepulcro de san Francisco Javier y entró en la misión en Verápoly el 13 de diciembre. Hombre de actividad portentosa, enseguida, aparte del aprendizaje del malayalam, lengua de la Misión, se entregó a la acción pastoral en el distrito de Kottayam que se le había encomendado y al que atendió durante diez años. En Ernákulam, fue el director del Orfanato y de la Escuela Industrial. “Publica en 1904 una Gramática Latino-Malabárica y, para ayudar al clero misionero, funda la revista Promptuarium Canonicum” (J. V. Rodríguez, 2001), que dirigió varios años. Esta publicación habría de durar hasta 1942.

Realizó expediciones evangelizadoras, estableció nuevas cristiandades y construyó iglesias. Párroco en Alwaye y en Verápoly, organizó una famosa “Cruzada contra la embriaguez” y dirigió la Escuela Superior (High School) de Ernákulam.

Viendo la penuria que padecían las misiones por falta de recursos para levantar escuelas, colegios, iglesias, etc., después de diecisiete años en la India, volvió a España, no para descansar sino para arbitrar ayudas. Pasó algún tiempo en Hoz de Anero (Cantabria), viviendo la vida eremítica y, dejando aquella soledad, se entregó en cuerpo y alma a la propaganda misional. En charlas, conferencias, viajes, su labor fue tomando un auge insospechado. Fue recibido en Roma por el papa Benedicto XV, que bendijo ampliamente todos sus planes de apostolado misionero. Nombrado celador de misiones en enero de 1921, en ese año salió el primer número de la revista que fundó con el nombre de La Obra Máxima, que dirigió hasta 1935 y en la que escribió, sobre todo, artículos de tema misionero. Viendo ya afianzada su obra, pidió en 1933 poder volver a las misiones, a sus setenta años. Devoto y admirador de Teresa de Lisieux, hizo, como la dulce santa, su “Acto de Ofrenda al Amor Misericordioso” y le pidió al Señor: “Haced y disponed de mí y de mis cosas como fuere vuestro divino beneplácito [...]. Sólo anhelo amaros, Dios-Hombre muerto por mi amor, y hacer que otros os amen, incluso los millones de almas infieles de cuyo amor estáis sedientos [...]. Dadme volverme niño pequeñito que sólo sabe amar, amar, y amar”. A finales de mayo de 1933 cayó víctima de un ataque de parálisis parcial, del que parcialmente repuesto, y con los altibajos propios de la enfermedad, llegó hasta febrero de 1943, entregando su alma el día 27.

Introducida su causa de beatificación y canonización, ya en 1996 salió el Decreto Pontificio sobre la heroicidad de las virtudes de Juan Vicente, a quien se le ha podido llamar con toda verdad el gran misionero integral. Gran artífice de la palabra hablada en púlpitos y en otros foros, dejó también un buen número de escritos, aunque era más orador que escritor.

Es declarado venerable por el Papa Juan Pablo II el12 de enero de 1996

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