Bogotá – “Este es un momento para dar gracias a nuestro Dios misericordioso, para escuchar de nuevo la llamada a la misión en nuestro tiempo y para responder con generosidad, valentía y creatividad”. Así ha comenzado su intervención el cardenal Luis Antonio G. Tagle, Pro-Prefecto de la Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares del Dicasterio para la Evangelización, en la apertura del XIII Congreso Nacional Misionero organizado por las Obras Misionales Pontificias (OMP) y la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), que se ha clausurado este lunes 8 de julio en Bogotá.
El Cardenal ha querido resaltar también la importancia del Congreso que este año conmemora el centenario del primer congreso misionero nacional del mundo, celebrado en Colombia en 1924.
Partiendo del lema del Congreso “Serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra” (Hechos 1,8), el Cardenal en su ponencia “La Missio ad gentes en la Iglesia local”, se ha detenido a hablar sobre el discipulado misionero destacando que la misión cristiana es una realidad dinámica que implica movimiento y salida hacia diferentes pueblos y lugares. “Ir a Jesús, permanecer con Jesús e ir a otros para compartir a Jesús. Es un movimiento sin fin. Eso hace que el cristianismo sea dinámico y emocionante. Siempre estás permaneciendo y moviéndote” ha dicho Tagle a los más de mil participantes reunidos en la Pontificia Universidad Javeriana de la capital.
“En muchas culturas, la vida se representa a menudo como una peregrinación. Cada persona camina, cae, se levanta, corre, se arrastra, gira a la derecha o a la izquierda o da media vuelta para llegar a un destino. Algunos se rinden y dejan de avanzar. Pero ninguna persona peregrina sola – ha proseguido el Pro-prefecto en su discurso, partiendo de la idea de que todos somos peregrinos en esta vida, y la evangelización ocurre en el contexto de esta peregrinación compartida-. Caminamos por senderos transitados por generaciones anteriores. Creamos nuevos caminos con personas de nuestra generación. Nuestras huellas de hoy son nuestro legado a los peregrinos del futuro. Una peregrinación habla de esperanza. Sin esperanza, no hay peregrinación, sólo movimiento sin rumbo”.
A continuación, el Cardenal ha querido precisar que cada cristiano está llamado a participar en la misión evangelizadora, no como un profesional entrenado, sino como alguien que comparte la buena noticia de manera natural, porque la evangelización debe ser una extensión de la experiencia personal de transformación. Tagle ha recordado que según el Papa Francisco, todos los cristianos tienen el reto de comprometerse activamente en la evangelización y que el diálogo ordinario puede ser entendido como un encuentro misionero. Compartir la buena noticia del Evangelio no requiere formación avanzada, sino la voluntad de contar lo que uno ha experimentado y aprendido.
Por otro lado, ha hecho una reflexión sobre la inculturación del Evangelio, recordando que “la gracia supone cultura, y el don de Dios se hace carne en la cultura de quienes lo reciben” (EG 115). Cada cultura tiene el potencial de enriquecer la evangelización si está abierta a la transformación y la comunión con otras culturas.
Asimismo -como conclusión de su discurso- el Cardenal ha presentado varios ejemplos de culturas con las que la Iglesia debe interactuar: “En primer lugar, las culturas de los pueblos indígenas de diversas partes del mundo. Su sentido de comunidad y de armonía con la creación es necesario para purificar la cultura dominante del individualismo, del consumismo y del descarte. En segundo lugar, desde el Sínodo sobre los jóvenes de 2018, nos encontramos con las culturas de los jóvenes de hoy con las que la Iglesia necesita caminar y de las que necesita aprender. Las culturas de los jóvenes revelan las culturas cambiantes de las familias en nuestro tiempo contemporáneo. En tercer lugar, ¿cómo ignorar la cultura generada por la revolución digital, con internet presente en todas partes, sensores cada vez más pequeños y potentes, inteligencia artificial y aprendizaje automático?... Cuando caminamos dentro de la cultura de la inteligencia artificial, la evangelización podría adoptar la forma de despertar otras formas de inteligencia. En cuarto lugar, también llamo su atención sobre la cultura de las personas con discapacidad o con capacidades diferentes. Comunicarse con ellos exige aprender un nuevo lenguaje y desarrollar la sensibilidad. En quinto lugar está la dramática peregrinación llamada migración forzada, un tema cercano al corazón del Papa Francisco”.
No han faltado las anécdotas, entre las cuales, el Cardenal ha mencionado el encuentro con una mujer filipina, la cual trabaja como niñera con una familia italiana, para poder enviar a sus hijos a buenas escuelas en Filipinas. “La mujer me decía: ‘Cuando veo a los dos preciosos niños italianos que tengo delante, sé que también son mis hijos. Les doy el amor que merecen mis propios hijos’. Los niños de Italia y los que quedan en Filipinas tienen la bendición de tener en ella una madre misionera común. La Iglesia es, en efecto, un pueblo santo de muchos rostros”.
Como preparación al XIII Congreso Nacional Misionero, se han realizado cuatro pre-congresos en 2022, organizados por la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), las Obras Misionales Pontificias (OMP) y el Consejo Nacional Misionero (CONAMI).
(AP) (Agencia Fides 9/7/2024)