Es un gran honor por la confianza que nuestra Provicia Carmelitana deposita en mí.Una gran responsabilidad, para la que no me siento capacitado. Además supone una gran alegría, pues me ofrece la opción de ayudar para que mi familia religiosa, con sus limitaciones, siga ofreciendo un servicio a las Iglesias Diocesanas con las que convive, trabajando juntos para que los hombres y mujeres de hoy conozcan el Evangelio del Amor de Dios.¿Cuáles son los retos principales de los Carmelitas Descalzos hoy?La lista es larga. En este momento yo resaltaría el de ofrecer el tesoro del evangelio a la sociedad de hoy. Buscamos revitalizar nuestro modo de vida para que se exprese de forma cada vez más clara que apostamos por la oración como trato de amistad con Dios, en el compromiso con los hombres y mujeres de hoy, a los que Dios tanto quiere. Esto abarca desde la experiencia mística al compromiso solidario con el tercer y cuarto mundo, que son actitudes complementarias.¿Supone un gran cambio en el día a día de Jon este nombramiento?Sí. Al comenzar el Capítulo era párroco en dos parroquias eibarresas, coadjutor en otra, y prior del convento. Ahora tengo que ir dejando éstas labores y verme hasta 2017 como superior provincial de 18 comunidades religiosas masculinas de ambientes muy diferentes, en diferentes Diócesis, que tengo que ir conociendo.