MARRUECOS (11-09-23) En el Ángelus de este domingo, el Papa Francisco recordaba la tragedia del terremoto que en la noche del sábado sacudía Marruecos: “Deseo expresar mi cercanía al querido pueblo de Marruecos, afectado por un devastador terremoto. Rezo por los heridos, por aquellos que han perdido la vida – ¡tantos! – y por sus familiares. Agradezco a los rescatadores y a quienes están trabajando por aliviar el sufrimiento de la gente; que la ayuda concreta de todos pueda sostener a la población en este momento trágico: ¡estamos cerca del pueblo de Marruecos!”. Los fallecidos ya superan los dos millares y son miles y miles los afectados.
El mensaje del Papa se sumaba al dolor expresado por la Iglesia de Marruecos que ha vivido el sufrimiento de tantas hermanas y hermanos marroquíes. Como decía el comunicado de este sábado de la Iglesia de Tánger, “queremos transmitir la ayuda, que nuestra generosidad conseguirá poner a disposición de las necesidades más urgentes”. Añadían que “las comunidades cristianas, hasta donde sabemos, no han sufrido pérdidas personales; solo ligeros daños materiales en los edificios de las iglesias de Marrakech y Uarzazat”. Por su parte, el misionero javeriano Rolando Ruiz agradecía la preocupación expresada por muchas personas ante la situación que se vive en el país: “Lo más lamentable es la muerte y las pérdidas materiales de gente muy sencilla. Oremos por ellos, esta mañana acabo de celebrar la Eucaristía por los damnificados y especialmente por los que han perdido sus vidas. Gracias por los saludos y la preocupación, he recibido muchos mensajes y este lo envío de manera general, ya me podéis comprender. Orad por todos los damnificados”. Las carmelitas descalzas del Carmelo de Tánger no han dudado en salir de su convento para donar sangre, tan necesaria para atender a tantos afectados por el terremoto. Una forma, decían en un vídeo, de dar vida y sangre a nuestros hermanos y hermanas.